viernes, 28 de agosto de 2009

Looks de cine

Desayuno con diamantes, Grease, Gilda, La tentación vive arriba, Sentido y sensibilidad y Pretty woman son películas míticas protagonizadas por actrices con un grado mayor o menor de divismo, con un argumento más o menos romántico y con un destacado trabajo de vestuario.

Siempre recordaremos a la dulce Audrey Hepburn que tomaba sus croissants delante de Tiffany’s llevando un elegante vestido negro firmado por Givenchy. También se nos vendrá a la cabeza esa imagen pícara de Marilyn Monroe con las faldas de su vestido levantadas al pasar el metro. Y, ¡qué decir de la sensual estampa que conforma una ardiente Rita Hayworth enfundada en un sexy vestido largo de escote corazón y apertura central que canta mientras se deshace lentamente de un largo guante negro! Sin palabras. No nos podemos olvidar de esa Olivia Newton John vestida de cuero de la cabeza a los pies contoneándose a ritmo de rock and roll.

Más recientes que las películas anteriores pero con unos años a sus espaldas encontramos el film de época Sentido y sensibilidad protagonizado por una jovencísima Kate Winslet y la comedia romántica Pretty woman con Julia Roberts convertida en una atípica Cenicienta. En la primera película los vestidos de gasa livianos, de corte imperio y ultra femeninos aparecen por doquier mientras que en el segundo largometraje una camiseta y falda stretch junto a unas botas de tipo mosquetero componen el uniforme de la prostituta más famosa del celuloide.






miércoles, 5 de agosto de 2009

Érase una vez un verano

Es un día cualquiera de un verano corriente. Hace un calor sofocante, a las flores de tus macetas se les están coloreando las hojas de amarillo y las manillas de tu bonito reloj de pulsera duermen mientras los minutos se consumen tranquilamente. Llevas días sin oír la melodía del teléfono móvil, nadie llama, nadie manda mensajes, el aparato parece estar en coma y la verdad es que no te molesta que sea así.

La playa se ha convertido en tu mejor amiga y acudes a ella mañana y tarde para dejar que el sol te acaricie con sus cálidos rayos y el agua salada te refresque y te cargue de energía.

Las noches se suceden mientras tienen lugar las charlas con los amigos, las confidencias más íntimas y los paseos por la orilla del mar. Cafés con hielo, cervezas, tintos de verano y mojitos alegran tu paladar y satisfacen tu sed.

En un día cualquiera de un verano corriente el cielo se tiñe de naranja y un viento que aparece como surgido de la nada comienza a mover las hojas de los árboles, alimenta las olas del mar y revuelve el cabello de los paseante. Te asomas a la ventana y observas con sorpresa como el aire hace volar multitud de bolsos, los mece como si de ligeros globos se tratara, de aquí para allá, de un lado a otro, bolsos y más bolsos...

Bolsos hechos de lonas viejas de camión, cinturones de coche y cámaras de aire para bicicleta. Son de Freitag