Sube a la azotea llevando consigo un gran barreño lleno hasta los topes de ropa. Del brazo derecho le cuelga la cestita de las pinzas de colores. La mujer se agacha, deja el barreño en el suelo y coge la primera prenda que va a tender.
El gesto se repite incontables veces, una detrás de otra, una y otra vez más hasta que por fin los dedos de ella se topan con una sexy braguita de volantes. Una sonrisa pícara se dibuja en la cara de la mujer en el preciso instante en el que su mente vuela hasta lo ocurrido la noche anterior. Momentos de amor, escenas de pasión y un desenlace marcado por un éxtasis total protagonizan sus ardientes pensamientos.
Después la mujer mira hacia el horizonte: tejados de distintas alturas y colores, edificios altos y poderosos, anchas avenidas y pequeñas callejuelas, coches rugiendo feroces mientras siguen su loca carrera cotidiana, eso es la ciudad.
De repente la mujer siente frío y cae en la cuenta de que el verano se ha acabado. Coge el barreño y la cestita y da media vuelta. Tengo que hacer algo con mi vida, piensa mientras baja las escaleras de la azotea.
2 comentarios:
¡Hola Mar! jajaj qué intrigante relato, si me dejás dentro de utn iempo lo publicamos allá porque quedó pendiente el temita del tendedero y la ropa sexy .
Un abrazo!
Les invoto a ver FORMAS DE TENDER TU ROPA INTIMA en www.milenceria.blogspot.com
Publicar un comentario