Las siete fantásticas

Érase una vez siete fantásticas mujeres que un 31 de diciembre de cierto año 2007 se disponían a acudir a una gran fiesta. Cuando en sus relojes marcaron las 23:00 París, la entrañable ciudad de la luz, del amor, de la cultura y de la libertad se convirtió en testigo privilegiado de la presencia de estas mujeres que, majestuosas, bellas, imponentes atravesaban las calles de la ciudad al encuentro de un lujoso automóvil que las llevaría al evento del año.
No habían dejado nada al azar, incluso la parte más maltratada de sus cuerpos, los pies lucían espectaculares, deseables a los ojos de cualquier mortal que osara posar sus ojos en ellos. Encaramadas en unos Louboutin, Jimmy Choo, Dior o Giambattista Valli se sentían poderosas, de hecho eran poderosas.
El año nuevo las esperaba en un palacio cercano a la capital del Sena. En la sala de los espejos de Versalles bailarían toda la noche al son de una música que a sus oídos se les antojaría electrónica. En sus copas nunca faltaría champán. Unas optarían por colorearlo con bebida azul, otras con morada. El dulce elixir se deslizaría por sus gargantas aliviándolas del ligero calor que el baile produciría en sus esculturales cuerpos y de las emociones que vivirían fruto de inesperados encuentros con seductores caballeros enfundados en elegantes trajes de Hugo Boss y de Armani.
Síntoma de que había sido una noche fabulosa, las primeras luces del día acudirían raudas a las ventanas de palacio y las siete fantásticas se despedirían de sus príncipes dejándoles por supuesto sus respectivos números de móvil. Estaban seguras de que llamarían. Las siete fantásticas vestidas, como no podía ser de otra manera, de Elie Saab, Ralph Lauren, Oscar de la Renta, Azzaro, Christian Dior, Bill Blass y Armani Privé lo habían pasado bien, el año nuevo prometía.

Elie Saab

Ralph Lauren

Oscar de la Renta

Azzaro

Christian Dior

Bill Blass

Armani Privé