Матрёшка /mʌˈtrʲoʂkə/

Si el título con el que empiezo mi andadura bloggera os deja sin frío ni calor, haré de improvisada traductora y os diré que el jeroglífico que arriba figura significa matrioska. Si aún hay alguien perdido y se pregunta qué diablos significa eso, aclararé aún más la cuestión, mi primer texto va dedicado a las famosas muñecas rusas. ¿Qué por qué ellas son las protas absolutas del día? Porque me resultan sencillamente fascinantes. Me recuerdan a cuando abres un regalo bien envuelto, cuando la emoción crece proporcionalmente al grado de dificultad de apertura del obsequio, más cuesta abrirlo, más ganas tienes de verlo. Pues con las rusitas igual, las vas abriendo hasta que llegas a la versión polly pocket y en ese camino igual hasta te emocionas. Atención a lo que tiene que sentir alguien si tuviera a su disposición la muñeca rusa con más nenitas en su interior, ¡75 rusitas componen la matrioska más grande hasta el momento! Uf, ¡Quién la tuviera a mano! Por el momento me contento con estas made in Moscu que aunque solitarias las pobres son bien bonitas, ¡por algo hay que empezar!
Y si no te gusta la típica versión rusa: campesinas sanotas de dulces ojitos azules y felices de la vida (estas no tienen que pagar el alquiler ni ir a currar todos los días…), puedes optar por versiones más actuales sólo hay que echarle un vistazo a estas inspiradas en Star Wars y las de los diseñadores Martin Ontiveros y Trish Grantham. Por cierto ¿alguien ha caído en la cuenta de que las personas somos en realidad enormes matrioskas? ¿o nos ha pasado que con el tiempo vais conociendo por capas a vuestros amigos/parejas/familiares? Y es que cada ser está compuesto de pequeños serecitos que con el tiempo van descubriéndose hasta llegar a la verdadera esencia de la persona, la muñeca polly pocket, exactamente igual que una mатрёшка, me entendéis ¿no?